miércoles, 7 de noviembre de 2012

Aduladores

Al hilo del lenguaje positivo, recuerdo una anécdota sobre un evento en el que se creó un ambiente formidable.

Hace unos años un amigo me llamó para que asistiese como “adulador” a la inauguración de una exposición de un artista conocido. La galería había invitado a más de quinientas personas y había contratado a una empresa de eventos para que animase la fiesta y que aquello fuese un éxito. La propuesta que hicieron fue la de introducir “aduladores” entre los invitados; había cien aduladores en la inauguración.
La llamada de mi amigo iba acompañada de las siguientes instrucciones:
-          Se trata de mezclarse entre el público e ir adulando a los asistentes.
-          Fíjate en algo que destaque de alguna persona y díselo. No engañes, pues se nota, sé sincero y refiérete con halagos a algo de la persona que realmente te llame la atención.
-          Cambia de grupo con frecuencia: tu trabajo es ir adulando a las personas y cuantos más contactos hagas, mejor.
-          No digas a nadie que eres adulador. Si alguien se acerca a ti con halagos no le preguntes si él también es adulador; hay cien en la sala pero no os conocéis y no debéis conoceros.

La propuesta me pareció graciosa y acepté el encargo con agrado, sin ser consciente de los beneficios que me iba a reportar:
No soy una persona tímida, pero cuando voy a una fiesta suelo limitar mis contactos al grupo de amigos que tengo ahí, perdiéndome la oportunidad de conocer a nuevas personas. En este caso, como mi objetivo era entrar en contacto con muchas personas estuve yendo de grupo en grupo conociendo a gente muy interesante.
Como entras en contacto con un grupo dirigiendo una frase agradable a alguna persona o al grupo en su conjunto, te reciben muy bien y rápidamente entras en su tema de conversación o cuentas algo sobre ti. No estás con ellos más de cinco o diez minutos, de forma que cuando te vas has dejado una buena impresión. En algunos casos vienen a buscarte más tarde diciéndote: “ven, que como nos dijiste que te dedicabas a tal cosa, o que estabas interesado en esto, te voy a presentar a una persona que te va a gustar”.
El ambiente de la reunión se notaba que se hacía más cálido por momentos: se intercambiaban tarjetas, se vendían cuadros, la gente quedaba para verse otro día. Todo el mundo sonreía.
Además de lo grato que me resultó el tiempo que estuve allí, me dio la oportunidad de establecer contactos que luego me resultaron útiles.

La adulación, si es sincera y se apoya en cualidades evidentes, genera un buen clima. No se trata de decir a las personas que tienen o que son lo que no tienen o no son, sino de manifestar verbalmente que te gusta aquello que realmente te gusta de otros.

¿Tienes alguna experiencia que nos ayude a crear ambientes agradables? Te rogamos que la compartas con nosotros contándonos cual fue.

4 comentarios:

  1. Trasteando, me encuentro con esta curiosa anécdota/enseñanza y me parece una idea genial. El evento tiene muchas posibilidades de éxito si los aduladores cumplen bien su cometido. Sin embargo, se puede mantener esta actitud continuamente?
    De todos modos, esto parece bueno para moverte en sociedad ¿Tiene algo que ver con el coaching?

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    Respuestas
    1. Respondo a tus dos preguntas:
      ¿Se puede mantener esa actitud?: Sí. La mayoría de las cosas que hacemos las hacemos de forma rutinaria, sin pensar previamente si tenemos que hacer esto o aquello (Rafael Echevarría lo llama "actuar en transparencia"). tanto sólo reflexionamos cuando se produce un hecho singular o queremos recapacitar sobre el efecto de nuestra conducta y, a partir de esa reflexión, deseamos modificar alguna conducta o introducir un comportamiento nuevo en nuestras rutinas; en estos casos decidimos hacer algo que nos costará llevar a cabo hasta que se haya convertido en un hábito. Entonces saldrá de forma natural, se podrá mantener esa conducta continuamente.
      ¿Tiene algo que ver con el coaching? Pues sí y no. Me explico: el coaching es un proceso mediante el cual una persona acude a la ayuda de un experto (un coach) para conseguir metas que por sí sólo no es capaz de alcanzar; en el proceso de coaching se trabaja sobre las conductas y la visión de la realidad que cada uno tiene. Dicho esto, alguien se puede plantear ser más social o mejorar su capacidad de relación y puede surgir el tema de la adulación como estrategia para alcanzar esa meta. En este caso estaríamos hablando de Coaching. Pero tambien puede ser que alguién lea este artículo, le parezca bien y se ponga a hacerlo sin contar con ningun apoyo externo. Eso no sería Coaching.

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  2. TYo creo que la simpatía contribuye a crear una buena atmósfera y no es necesario ser adulador (lo cual suena a falso), basta con tratar de ser simpático.
    Carlos gonzalez

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  3. Efectivamente la simpatía contribuye a crear una buena relación, aunque para hablar de simpatía deberíamos de hacerlo de una forma un poco más detallada, ya que la simpatía se compone de varios factores entre los que podemos citar el optimismo, el atractivo físico (incluída la sonrisa); los elogios o la similitud, esto es quien se parece a nosotros (o incluso quien tiene los mismos gesto o se mueve como nosotros).
    Si lo hacemos así veremos que la adulación (los elogios) forman parte de la simpatía. Y no se trata de ser falsos, sino de manifestar verbalmente aquellas cosas que nos gustan de otras personas; es una verbalización sincera de algo que normalmente no destacamos.

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