domingo, 18 de mayo de 2014

Talento y provocación.


No basta con hacer las cosas bien, o muy bien, hay que hacer que los demás lo sepan. Esto exige llamar la atención, algo de exhibicionismo o de provocación.

Hace unos días estuve en una “performance” de una artista uruguaya, Verónika Márquez, una fotógrafa que ha diseñado una obra efímera  en la que se proyecta una serie de escenas donde sale ella contando el proceso creativo de un trabajo fotográfico en el cual ella misma se caracteriza de trece personajes con ropas, estilos y personalidades diferentes. Mientras transcurre esa secuencia aparece nuestra artista, enfundada en una malla que apenas la cubre y comienza a narrar historias de sexo, tomando la palabra a la narración proyectada y comenzando a bailar y a realizar piruetas en una barra.

Lejos de ser un espectáculo erótico, lo que produce es cierta turbación. Mónika la fotógrafa contándonos cómo trabaja; Mónika la bailarina demostrando sus habilidades, Mónika la actriz interpretando un papel escrito; Mónika la modelo fotografiada una, dos, tres, trece veces; más: veinte, veinticinco, en diferentes posturas, con diferentes pelucas, siendo diferentes personas. Un espectáculo que te hace pensar ¿quién es Mónika? ¿quiénes somos nosotros?.

El talento necesita manifestarse, las personas con algún talento acompañado de vocación necesitan un espacio en el que se les reconozca su capacidad y puedan llevarla a su apogeo. El talento utiliza la provocación para que lo reconozcan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para publicar tu comentario deberás introducir una clave copiando una serie de letras y números que aparecerán en la pantalla, copia los números y las letras en el mismo orden en el que aparecen, dejando un espacio entre ellos.